Colombia y su regulación de Cannabis.
Por Gabriel Cocom.
Desde el precedente que sentó Uruguay, al legalizar la Cannabis en 2013, su Ley de Regulación de la Marihuana, aprobada en el gobierno de su entonces presidente José Mujica, ha fijado muchas miradas de consumidores de toda Latinoamérica y sobre todo ha increpado a los gobiernos de otros países a un sentido de urgencia para una regulación de la planta.
Algunos han optimizado el proceso legislativo y otros se encuentran en una lucha exhaustiva, pero motivada, a pesar del famoso “no es prioridad legislativa” que manifiestan legisladores de algunos países.
Colombia es uno de los países que más ha avanzado en este proceso de regulación y claro, parecería que el trasfondo es su historia de narcotráfico, que a ojos externos ha estigmatizado a este país, pero afortunadamente ese no es el caso.
Al menos Colombia, no es un país al que se le puede limitar solo por un aspecto, es de verdad un país con muchas virtudes y recursos. Una de ellas es su ubicación, tiene salidas al océano pacífico y atlántico, lo que hace que cuente con una riqueza marina, por donde le busques. A eso, le sumamos su variado sistema montañoso, desde altas hasta bajas, donde se puede encontrar aún mas variedad de flora y fauna. Justamente, tan solo la cordillera de los Andes, que atraviesa este país, es lo que causa que tenga tantas tierras fértiles rodeados de valles, en pocas palabras, Colombia es un país perfecto para cultivar.
Está claro que dentro de Colombia y sus extensas montañas, se ha aprovechado todos los recursos naturales, por distintas manos (agricultores o narcotráfico) y se tienen grandes cultivos de Cannabis, pero los proyectos de regulación, para proteger estos y futuros cultivos, no han sido de fácil avance en el tema legislativo.
Como en todos los países, en este territorio hay división de ideologías, sociales y políticas. Por un lado existe un gran peso social de los consumidores que exigiendo sus derechos, alegando que deberían crearse políticas sanas para las sustancias, al igual que las que ya están reguladas como en la mayoría de los países (Tabaco, alcohol, etc.). Y por otra parte tenemos a la parte conservadora de la sociedad exigiendo que se respeten las “buenas costumbres” a las que ha estado acostumbrada la sociedad, para evitar malas conductas en las futuras generaciones, como siempre podemos ver, no una lucha contra las drogas que sigue tan exigente, sino un duelo entre la ciencia y la ignorancia.
El ex presidente colombiano Juan Manuel Santos, impulsó en su mandato, iniciativas básicas pero innovadoras para una regulación de la Cannabis, despenalizando el cultivo de la planta para uso personal terapéutico de la sociedad. Fue entonces que un 25 de mayo de 2016, Colombia daría un enorme paso en la regulación, ya que su Congreso, aprobó la Ley de la Marihuana Medicinal en su territorio, así es, en ese momento Colombia se convertía en otro precedente latinoamericano, Cannabis medicinal y legal.
En la Ley 1787, de reciente aprobación, lo que se proponía era establecer políticas de salud pública, reglamentando la fabricación, importación, exportación, almacenamiento, producción, adquisición, distribución, posesión y uso de la planta y sus derivados con fines terapéuticos. Y no era de sorprendernos, una de las iniciativas de dicha ley, era una gran promoción para financiar investigaciones sobre el uso médico de la Cannabis. Pero en ningún momento, se contemplaba el uso recreativo, una ironía que carece de sentido, pues se ha demostrado que una regulación dispareja, sigue violentando y limitando derechos humanos.
La propuesta de ley también estableció desde un principio, que se necesitarían licencias para el acceso a esa Cannabis, así como sus derivados, en pocas palabras, el estado quería el control de los cultivos, bajo la creación de dependencias para el control de su producción. Si las personas en Colombia desean cultivar o comercializar Cannabis medicinal, debe ser con una licencia autorizada por el Ministerio de Salud y Protección Social.
Con esta ley revolucionaria, el pueblo colombiano soñaba con lograr una regulación que protegiera y procurara estos distintos elementos:
- Defensa de los derechos humanos de consumidores: diseño de una política de drogas que dignifique e incluya a poblaciones vulneradas y entre otros ciudadanos.
- Salud pública: desde la garantía del Estado con políticas con un alto nivel de salud para el uso medicinal y recreativo.
- Desarrollo de la libre personalidad: un ideal por excelencia no deberá ser una preocupación del Estado, sino más bien dar la oportunidad que cada sujeto se construya sin que sus acciones afecten a terceros o así mismo.
- Construcción de paz: manteniendo los acuerdos del tratado de paz consolidado en la Habana Cuba, donde se fomenta el libre desarrollo y la transformación de sociedad desde nuevas iniciativas construidas por los colombianos.
- Lucha contra el narcotráfico: este es uno de los puntos más esenciales y que toma fuerza, pues al legalizar la cannabis, el Estado le estaría quitando una gran parte del negocio a la ilegalidad. Pero aquí vuelve y juega las políticas de salud que brinden un producto de calidad al consumidor.
A pesar de estos argumentos consolidados por funcionarios y la sociedad civil, fueron empresas extranjeras y colombianas las que obtuvieron las primeras licencias, en 2017, puesto que la aprobación de la Ley 1787, no contemplaba y hasta el momento, el uso recreativo y gracias a que se emitió el Decreto 613, donde establecía las diferencias entre Cannabis Psicoactivo y no psicoactivo (menos del 1% de THC) se pudieron obtener estas licencias, regulando así la comercialización en investigación de semillas que los agricultores necesitaban, un beneficio y un paso más adelante.
Tal es el caso de la Empresa Khiron, que nació en Colombia pero cuenta con inversiones extranjeras de gran impacto, lo que le ha permitido crecer en la industria cannabis, justamente Vicente Fox, expresidente de nuestro país (2000-2006) es uno de los inversionistas en esta empresa.
En 2018, pese a todo el avance regulatorio, el Presidente Iván Duque firmó un decreto donde se establecía que la policía podía confiscar Cannabis a las personas, aunque se tratara de pequeñas cantidades y para uso personal. Claro está, que la sociedad y la parte progresista de los legisladores argumentaron en contra de este decreto.
Sin embargo, debido a que dichos decretos terminaban con la paciencia del pueblo colombiano, para esperar una regulación del uso recreativo y que al mismo tiempo con el apoyo para el crecimiento de la industria y la inversión que empezó a llover para la Cannabis, en 2019 se manifestó un nuevo proyecto de ley ante la cámara alta para crear un marco regulatorio para el consumo, producción, distribución, comercialización, posesión de Cannabis para uso recreativo.
Esta iniciativa pretendía brindarle a la sociedad productos de cannabis de alta calidad, para así reducir los riesgos en el consumo y reducir la inseguridad que produce la venta ilegal, una mejor estrategia para el tema de sustancias, honesta e inteligente, no como esa bandera de “Guerra contra las drogas”, que ya bastante ha demostrado su ineficacia.
La iniciativa de 2019, además estuvo inspirada bajo modelos regulatorios europeos, era obvio ya que países como Holanda, Estados Unidos, Canadá y Portugal que son pioneros, servirían de ejemplo para ver como la legalización de sustancias, han traído beneficios políticos y sociales, más que problemas. Con este marco regulatorio , en Colombia se crearía el Instituto Colombiano para la Regulación de Cannabis, que funcionaría como una entidad adscrita al Ministerio de Salud y sería la encargada de la implementación de la política nacional para la importación, exportación, producción, almacenamiento, comercialización y uso de la Cannabis recreativa en adultos, en pocas palabras, para que no dependa de nadie más y evitar mas burocracia barata, se crearía una sola dependencia para el control optimo de la planta.
De aprobarse la ley, se fabricarían dispensarios para que la sociedad tenga acceso a Cannabis bajo figuras y medios legales, que garanticen la calidad y seguridad para su consumo.
En 2019, Colombia había otorgado alrededor de 83 licencias para la siembra y cultivo de plantas de Cannabis psicoactivas y 139 para las plantas de Cannabis no psicoactivas. Pese a todos los antecedentes, la regulación no ha avanzado tanto. Para principios de 2020, solo aumentaron las incautaciones de Cannabis un 38% bajo la justificación de “trafico excesivo en toneladas” según fuentes del gobierno (como siempre, que difícil es creerles).
Al final, en noviembre de 2020 fue debatido el proyecto de ley antes mencionado ¿Por qué razón? Simple, el gobierno de Colombia se dio cuenta que la economía del país podía tener un impacto positivo gracias a la industria Cannábica, las cifras indicaban que la producción mundial de Cannabis estaba cerca de los 600 millones, representando casi el 60% del PIB colombiano, para nada una sorpresa, de hecho con la legalización de la Cannabis medicinal, los ingresos de la industria farmacéutica crecieron cerca de 2 billones de dólares.
En el debate se manifestaron personalidades políticas acerca del tema, con comentarios bastante acertados y con conocimiento de causa, por ejemplo el senador Armando Benedetti manifestó: “ A Estados Unidos le conviene por temas económicos que la guerra contra las drogas se de en otros países. Las mafias ganan toneladas de dinero, el problema no es moral ni religioso, es económico. ¿Le quitamos el negocio a las mafias?, es la pregunta que nos debemos hacer”.
Después del debate, la cámara de representantes dio un paso para atrás, pues no se aprobó el proyecto de ley para la Cannabis medicinal. Parece ser que en las votaciones de las cámaras, se tuvieron 102 votos en contra y 52 a favor de la iniciativa de ley, los legisladores argumentaban que aún tenían “mucho trabajo por hacer” puesto que no es un tema fácil de regular, ya que implicaba la seguridad y salud de ciudadanos, pero que se volvería a retomar el proyecto de ley para ser presentando ante el Congreso, para otra revisión y en caso de que no surgieran otras dudas, aprobarla.
Como siempre, parece ser que intereses políticos, sobre todo de influencia conservadora, carecen de voluntad para legislar algo tan claro y estudiado, como lo es la Cannabis. Les preocupa que no sea la mejor legislación pero lo que tienen que entender que lo que importa, que sea una ley imperfecta, lo que importa es empezar a regular y conforme pase el tiempo se irán ajustando detalles, como con todas las leyes.
Según la revista “Semana”, se estima que para el 2025 el negocio legal de Cannabis crecerá en ventas un 77%, superando los 160 mil millones de dólares, lo que significaría una ayuda y casi milagro para la economía de Colombia.
¿Cuál es el panorama actual para los Colombianos?
Con una enorme frustración política, la situación sigue siendo la misma, el Cannabis Medicinal se encuentra legal en Colombia mientras que se siguen limitando las iniciativas de ley para poder gozar de una regulación para el uso recreativo.
Estos hechos tienen un gran impacto en el resto de la sociedad latinoamericana, incluso en el centro de continente, nosotros los Mexicanos, estamos viviendo un proceso de cambio legislativo que va motivado, pero tenemos que lograr que exista al menos un cambio de verdad, como una aprobación para el aspecto medicinal, tomando como ejemplo a Colombia.
Juan Diego Álvarez, Vicepresidente de Asuntos Regulatorios de Khiron (empresa colombiana de cannabis medicinal) en una entrevista para Forbes, expresó lo siguiente:
“Si México logra regular la cannabis para uso medicinal y lúdico, será uno de los mercados más grandes del mundo, y eso lo pone muy interesante”
Lo que nos hace darnos cuenta que en países, donde incluso el tema legislativo tiene mas precedentes y avances, están esperanzados de ver que otro país, más el fronterizo con Estados Unidos, se sume al avance y progreso de la regulación de la Cannabis en su totalidad, nos esperan como aliados, si se legaliza en Colombia, impacta en México y viceversa.
El reto sin duda, para los legisladores es vencer ese miedo a crear una ley con “defectos” y comprender que aunque se trate de un tema de sustancias, seguramente se irán modificando la ley conforme a los cambios sociales y estudios científicos que vayan surgiendo y que es normal que surjan, en la entrada de la Cannabis a la sociedad.
Fuentes:
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La fiebre del oro verde aumenta en Colombia – Enrique Hernández, Forbes México.
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10 cosas que debes saber sobre la legalización de la marihuana medicinal en Colombia – CNN Español.
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Marihuana en Colombia, Leyes, uso e Historia – Maurce Veldman, Sensi Seeds.
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Uso médico y científico del Cannabis – Ley 1787 de 2016 – Consultorsalud.com
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Colmbia, un paso más atrás para la marihuana legal. – Vidal Romero, Metroflorcolombia.com
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El duro pulso por legalizar la marihuana en Colombia – Luis Lizarazo, Archivo El Tiempo.
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Historia del Cannabis en Colombia – Estudio de Universidad CES, Colombia.
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Se cae proyecto de regulación de la marihuana recreativa en Colombia – Revista Semana
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Comisión Primera de Senado aprobó proyecto que regula y controla la marihuana para uso adulto – John Jairo Uribe y Andrés Currea, Senado de la República de Colombia.
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Presentan proyecto de ley para legalizar el consumo recreativo de Cannabis en Colombia – Agronegocios.co
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La Policía ya puede confiscar la dosis mínima en las calles – Revista Semana.
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Legalidad del Cannabis en Colombia, un eterno debate entre oposición, temores y esperanza. – Sergio David López Flórez y Johana Molina Castaño, Universidad Católica de Colombia.
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